Infinity Blade: Un juego que brilla pero menos de lo esperado

Tengo que confesarlo, soy uno de esos locos desesperados que corrió a comprar Infinity Blade desde que estuvo disponible en la Apple Store española. Todo se perfila como mi estilo de juego favorito, un estupendo RPG medieval que ya me había puesto los dientes largos con el viaje por la ciudad de «Epic Citadel», me imaginaba algo similar a Oblivion pero con las limitaciones de ser un juego para un teléfono móvil, vamos un realista a medias.

Los de la compañía Epic, nos habían puesto la miel en los labios y he de decir que hemos picado como auténticos pececillos el cebo puesto. ¿Quiero decir con esto que el juego es un fraude o algo malo? Ni mucho menos, pero no es oro todo lo que brilla.

Tras la instalación (en mi caso en un iPad) previo al pago de 5€, el juego comienza con una excelente presentación, que promete en cuanto a calidad gráfica. La historia, pues nada del otro mundo, más bien típica y tópica en este tipo de juegos: «Guerrero se enfrenta con un ser malvado, ser malvado lo asesina y el hijo del difunto promete venganza».

La misma introducción nos sirve para enseñarnos el movimiento básico para defensa con escudo y tras la introducción, pasamos a la acción. Nuestro héroe con un armamento básico y armadura de cuero se adentra en las entrañas de un castillo en su primera misión.

Los primeros temores empiezan a aparecer cuando vemos la linealidad del juego, algo por otra parte de esperar, pero tras algunas batallas más donde se nos enseña como defendernos y atacar, nos vamos dando cuenta que la exploración que vivimos en la ciudad del primer avance del juego, más bien brilla por su ausencia. El recorrido no es que sea lineal, es más bien en monorail donde sólo en una ocasión se nos da la oportunidad de seguir un camino diferente.

Conforme avanzas y te das cuenta de estas lamentables decisiones por parte de los programadores, pero aceptando que el apartado técnico del juego es simplemente maravilloso, decides que vale la pena seguir jugando dando mamporros a diestro y siniestro.

Tienes la oportunidad de recoger bolsas de dinero y pociones «olvidadas» por el escenario, tanto tras las batallas como en los vídeos de introducción a cada una. Cada pelea es un nuevo tutorial donde explican como utilizar la magia de los anillos (basado principalmente en realizar figuras sobre la pantalla) o como bloquear o esquivar los ataques de los enemigos.

Lo enemigos siempre dejan caer algo de dinero, darán experiencia y en ocasiones objetos. Esta es quizás la parte más entretenida del juego y el porque se verá más adelante. Los puntos de experiencia se reparten entre el dominio de las diferentes partes de nuestra armadura y armas, cuando estas están dominadas ganaremos puntos extras al utilizarlas. Una vez dominadas podemos venderlas o guardarlas, para ello tenemos una tienda siempre disponible allí donde vamos, como si el tendero (que ni existe) fuera nuestra sombra. En la tienda podremos comprar todo tipo de objetos o comprar los dominios de las que ya tenemos, algo nada barato.

Para cuando ya hemos aprendido a manejar al personaje, nuestro inventario y los movimientos de ataque y defensa, habremos llegado al tipo que mato a nuestro padre. El tipo tiene un Nivel 50 frente a tu ridículo Nivel 4 por lo que es lógico lo que va a pasar, vas a morder el polvo, pero al menos intentaras que pruebe el sabor de tu acero.

Dos estocadas y acabo ensartado como un cerdo en su espada. Te dices: «no pasa nada, es parte del guión». Pero cual es mi sorpresa cuando aparece el mismo vídeo que al principio con un logo que dice «19 años después» y un tipo con los atributos que tu habías ganado durante la partida dice «padre… te vengare. Continua línea de sangre 2».

Entonces con tu cara de acelga que se te ha quedado, le das a continuar y te fijas que el juego se repite pero esta vez por el camino te encuentras guerreros cada vez más dificiles, ¡pero el recorrido es el mismo!.

Para ir resumiendo, el juego técnicamente es una maravilla, no existe ahora mismo nada igual en cuanto a calidad gráfica, eso es una realidad, y la jugabilidad es bastante aceptable, pero el balance de la historia y el concepto de juego es de un insuficiente tremendo.  El atractivo del juego consiste en ir mejorando las armas y armaduras hasta ser un guerrero suficientemente fuerte como para derrotar al malo final, sino tú, tus hijos o los hijos de tus hijos y así…

Creo que muchos como yo, no hicimos falsas expectativas de lo que se podía esperar de «Infinity Blade» y he de reconocer que puede ser la semilla de lo que podría venir en el futuro en nuestros dispositivos móviles pero para ser un juego que demuestre las capacidades del Unreal Engine, me parece algo caro, puesto que la jugabilidad puede acabar en monotonía a las pocas horas de jugarlo.

Brillante técnicamente, pero cuyo brillo decae hasta casi apagarse cuando hablamos de su jugabilidad y entretenimiento. Esperemos que con las nuevas actualizaciones que están al llegar que prometen nuevos enemigos, más zonas para explorar y el ansiado multi-jugador mejore la experiencia del juego y podamos de hablar de un juego que es lo que se esperaba de él en todos sus aspectos.

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